La calidad del ambiente interior condiciona claramente nuestro confort en el interior del hogar. Uno de los factores importantes, además de la baja emisión de COV, formaldehídos y el confort lumínico, es la calidad del aire.
Es importante contar con soluciones antihumedad, ya que con el frío de otoño e invierno, las paredes frías reducen el confort y fomentan el nacimiento de humedad, con el riesgo de generar moho y bacterias, deterioro de los materiales y reducción del aislamiento térmico.
MOHO Y BACTERIAS: IMPACTO EN LA SALUD DE LAS PERSONAS
El moho son microorganismos que se reproducen por esporas y aparecen en el mal secado de la obra nueva o en las humedades, fugas, puentes térmicos en ventanas, puertas o sistemas de ventilación.
Las bacterias y alérgenos como los ácaros aparecen en lugares húmedos y cálidos con materia orgánica, polvo doméstico, textiles, colchones y alfombras.
Las consecuencias del moho y de las bacterias se reflejan en los efectos que tienen en la salud a través de las vías respiratorias debilitando el sistema inmunológico y provocando malestar en el individuo.
Por esto es tan importante mantener una buena relación entre temperatura y humedad en el interior de las estancias. En invierno se recomienda una temperatura entre los 21 y los 23 º de día y los 17 º de noche. Un calor excesivo minimiza la concentración y aumenta la sensación de cansancio. Las temperaturas bajas (que no sensación de frío) favorecen la respiración profunda lo que permite la regeneración celular durante el sueño.
Esta temperatura debe estar acompañada de una humedad que se sitúe en torno al 40%-50%. Un exceso de humedad (más del 60%) conlleva dificultad respiratoria, fatiga, aumento de gérmenes en el aire y agentes biológicos, malos olores y mayor consumo de energía, además de la destrucción de los materiales de construcción como la corrosión o la aparición de sales.
Un ambiente seco (por debajo del 40%) conlleva un aumento de polvo, sequedad de las mucosas y los ojos, bajada de defensas por resfriados y molestias cutáneas.
PROTECCIÓN ANTE LA HUMEDAD
Las paredes frías reducen el confort y contribuyen al nacimiento de humedades, por lo que debemos protegernos de la siguiente forma:
- Evitar humedades
- Buena ventilación
- Regular la humedad entre el 40-60%
- Mantenimiento de la higiene
- Priorizar la luz natural
- Proteger el interior con un buen aislamiento térmico
- Mejorar la calidad del aire interior con pinturas antihumedad que eviten la condensación, las humedades y el moho
SOLUCIONES ANTIHUMEDAD, ANTIMOHO Y ANTICONDENSACIÓN DE REVETÓN
Si no es posible acceder a un aislamiento térmico exterior o interior, mediante la protección por espesor de 5-6 cm con materiales aislantes, sí que podemos protegernos y minimizar los efectos del frío con pinturas antihumedad interior y exterior específicas para combatir la proliferación de la humedad, la condensación y el moho.
Las soluciones ANTIHUMEDAD de Revetón permiten mantener un ambiente interior saludable y evitar la aparición de moho, condensación y humedades.
DIANA
ANTIHUMEDAD
Pintura acrílica consolidante a base de resina Plioway Ultra® y cemento ideal para zonas húmedas o con problemas de humedad. Aporta sellado a las superficies tratadas.
PINTURA CON
CONSERVANTE ANTIMOHO
Pintura antimoho plástica decorativa altamente transpirable. Certificada con crecimiento 0 de moho y algas. Excelente blancura y opacidad. Alta lavabilidad.
La pintura antimoho es recomendada para superficies propicias a la presencia de humedad. Interior y exterior.
PINTURA ANTICONDENSACIÓN TERMOAISLANTE
Pintura plástica con microesferas de vidrio diseñada de forma especial para reducir la condensación y conseguir una buena capacidad de aislamiento térmico.
Para solucionar este tipo de problemáticas y patologías descritas, existen sistemas de pintado específicos (antihumedad, anticondensación y antimoho) que mediante una serie de fases ejecutan un proceso de aplicación con resultados excelentes.
